La Inteligencia Artificial tiene un indiscutible potencial en recursos humanos, y aunque aún no está ampliamente aplicada en las empresas –sólo el 25% de las organizaciones globales que usan IA ha desarrollado una estrategia para toda la empresa-, es una tarea que está ya sobre la mesa. Se trata de liberar a los equipos de tareas con poco valor añadido para centrar toda la decisión en tareas clave. La automatización es, en definitiva, una cuestión estratégica para las empresas que quieren sobrevivir en un mundo cada vez más complejo.
Los departamentos de RRHH, afortunadamente cada más cerca del negocio, no pueden ser ajenos a este proceso de automatización. Tomar decisiones de talento rápidas y eficaces puede suponer una gran diferencia.
Aquí tenemos algunos ejemplos de IA aplicada a RRHH:
- Experiencia de usuario (candidatos o empleados): a través de la mejora de las aplicaciones online, asistentes de job posting (Grammarly o Textio) o el uso de chatbots para mantener el contacto con los candidatos (Mya, de Adecco Group’s Digital Ventures, o Dialogflow de Google).
- Identificación de talento: con LinkedIn cada vez más saturado, surge la necesidad de encontrar el talento pasivo de una forma rápida con mensajes más personalizados que no caigan en la bandeja de spam. Como goAvrio.com.
- Evaluación de Talento: de una manera más objetiva y eficaz. Por ejemplo, Crystal para evaluar la personalidad o Seedlink para evaluar comportamientos y skills.
- Formación y aprendizaje: a través de mentores y asistentes virtuales, con respuestas a tiempo real, análisis de necesidades formativas, gamificación y creación de planes de desarrollo más adaptados a las necesidades e inquietudes de cada trabajador.
- Predicción y Analíticas para tomar decisiones más inteligentes en el área, a través del análisis y la interpretación de la información. Por ejemplo, Predictive People.
Junto a estas aplicaciones, la Inteligencia Artificial se está combinando con otras tecnologías emergentes, como IoT, Blockchain, NLP, realidad virtual y reconocimiento facial. Su uso seguirá en aumento sin duda en los próximos, y ya no sólo tendremos que pensar cómo y de qué manera se aplicará, sino también cómo la sociedad reaccionará y si nuestro mundo está verdaderamente preparado.
