Bien podría ser un mantra para una estrategia comercial o una campaña de marketing para conseguir nuevos clientes. Lo cierto es que el mundo cambia muy rápido y de forma constante, y a las empresas cada vez les cuesta más esfuerzo, tiempo y dinero en conseguir el talento que necesitan al ritmo adecuado. Más aún cuando el candidato es cada vez más pasivo y se ve abrumado por tantas ofertas de trabajo. El candidato ahora es un cliente importante, y lo que antes se aplicaba a los clientes al uso, ahora también se aplica a ellos. ¡Descubre cómo!
Cuando el reclutamiento encontró al Marketing.
Un ejemplo claro son las técnicas de Inbound en Marketing. Una metodología que acompaña al usuario durante todo el proceso de compra, desde el principio al fin, con el contenido apropiado a cada fase. Es un proceso de “acompañamiento” que pretende generar una relación entre marca y usuario, en este caso, el candidato. Y si la relación funciona, convertir el Inbound Recruiting en una máquina de recibir candidatos cualificados de forma continua.
El Inbound Recruiting pone al candidato en el centro y le proporciona una experiencia completa a través de diferentes estrategias de contenido que refuercen la marca empleadora de la compañía y a generar relaciones entre ésta y el candidato, no sólo activo sino también pasivo. Se trata de atraer el talento de una forma “natural”, no intrusiva, y acompañarle de forma continua con contenidos de calidad y todo el conocimiento del Marketing.
Mucho más que atraer al talento adecuado
La tecnología ha ayudado mucho, y con diferentes herramientas hemos sido capaces de automatizar y de adaptar esa experiencia al candidato concreto. Ofertas de empleo completas, bien diseñadas, acompañadas de videos e infografías, o formularios de aplicación rápidos y sencillos incluso en versión móvil, son algunos ejemplos para atraer. De hecho, según un estudio de Potentialpark, un 48% de los candidatos que van a inscribirse a una oferta se retiran por formularios complicados.
Pero el Inbound Recruiting no se queda sólo ahí, la gestión posterior del candidato es muy importante, y contar con buenas herramientas de comunicación que permitan interactuar de una forma rápida y centralizada.
Todo ello con el fin de que esa relación acabe en una contratación. No obstante, se produzca o no finalmente la contratación, el fin es que el candidato se convierta en un pequeño “embajador” de la marca empleadora y comparta su excelente experiencia durante el proceso de selección.
