Si ya de por si liderar un equipo en complicado, hacerlo con un equipo en remoto lo es mucho más. ¿Lo estoy haciendo bien? Ahora que la distancia social se hace necesaria para contener la propagación de la pandemia, y el trabajo en remoto se convierte en la norma, esta es la pregunta del millón. Durante estos meses hemos visto que el teletrabajo va mucho más allá de que el empleado trabaje desde casa y que las dificultades añadidas del día a día pueden hacer que no sea el mejor escenario de trabajo, pero sí es una realidad con la que tenemos que hacernos a la idea.
A los líderes de la economía digital, por tanto, se les añaden nuevas dificultades (o retos) en sus proyectos de transformación digital que les van a obligar a adaptarse de nuevo y a reenfocar sus equipos.
Estas son las cinco habilidades necesarias para liderar equipos remotos con eficacia:
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Comunicación efectiva
Cuando la única forma que tenemos que comunicarnos a través de emails, mensajes, llamadas telefómicas o videollamadas, ser un buen comunicador es de vital importancia, y nada fácil como pueda parecer a simple vista. Y sobre todo ahora que la incertidumbre es mayor. Una mezcla que aumenta las probabilidades de que surjan confusiones, dudas o mal entendidos entre tu equipo, o se pierdan detalles importantes. Ser claro y transparente, lo más natural posible (¿sabes que es el “small talk”?) y tratar de mantener regularmente el contacto con tus compañeros pueden reforzar tus habilidades de comunicación y al mismo tiempo, ayudarte a conseguir tus objetivos. Puedes empezar por
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Empatía y flexibilidad
Son dos habilidades que por sí solas ya tienen un significado potente y que juntándolas, se hacen imprescindibles para lidiar con las dificultades añadidas de trabajar desde casa. Por ejemplo, aquellos que tienen que cuidar a sus hijos al mismo tiempo. Además, las medidas de confinamiento y la incentidumbre han añadido un estrés extra a todos los trabajadores, especialmente a éstos. Por lo tanto, el líder remoto debe tener en cuenta que las líneas entre la vida laboral y personal se están desdibujando cada vez más, y probablemente se necesiten horarios más flexibles o se tenga que pasar de un trabajo por horas a un trabajo por objetivos predeterminados.
El papel del líder es conocer y entender las circunstancias de cada uno de sus trabajadores, y que encuentren en él y en la compañía un apoyo, no una preocupación.
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Organización y planificación
Cuando se gestiona un equipo en remoto, hay que hacer un esfuerzo mayor de planificación, reparto de tareas, coordinación y seguimiento. Evaluar el rendimiento de cada miembro del equipo también se complica cuando no ves a la persona o no hablas diariamente con ella. El teletrabajo exige un nivel de compromiso y responsabilidad extra en los trabajadores, y confianza por parte del líder, pero no siempre se logra tener un equipo altamente autónomo. Por lo tanto, aplicar técnicas Agile, Scrum o Kanban y ayudarse de herramientas de gestión, pueden ser la mejor forma para asegurar que el trabajo sea fluido y se consigan objetivos.
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Tolerance
Muy relacionado con el de flexibilidad y empatía, la tolerancia viene casi impuesta por las circunstancias. No podemos mirar hacia otro lado e ignorar la idiosincrasia de nuestros trabajadores y sus vidas personales, sobre todo cuando influyen tanto en su trabajo. Es especialmente destacable en las videollamadas de trabajo. Perros que ladran, timbres, niños que se cruzan o lloran, añaden una presión extra y momentos incómodos. No pasa nada. Es natural. Y además, es la mejor oportunidad que vas a tener para conectar con tus trabajadores de verdad.
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Escucha activa
Ser natural y mostrarse dispuesto a escuchar puede darte información que de otro modo no podrías obtener. Ahora más que nunca es necesario mostrarse más cercano a tu equipo. Simon Sinek, autor de éxito y referencia para emprendedores en todo el mundo, está habituado a gestionar equipos remotos: “De vez en cuando, llama a tus empleados por teléfono (¡deja el correo electrónico!) y simplemente pregúntales cómo van las cosas. Escucha sus respuestas con genuino interés. Sólo escucha, no propongas una solución de forma inmediata. Y cuando respondas, ten en cuenta lo que es mejor para ellos, así como lo que es mejor para tu empresa.”
